Un Castillo con Peso Histórico
El Castillo de Villanueva de Cañedo tiene su origen en el siglo XI, como fortaleza militar, construido para salvar la retaguardia de la reconquista.
La carencia de orografía defensiva precipitó la construcción del enorme foso que rodea el castillo.
Reyes Católicos
Ya en el el siglo XV perteneció a los Reyes Católicos, que lo usan como avituallamiento de sus tropas antes de la toma de Toro en la guerra de sucesión de Isabel la Católica frente a Juana la Beltraneja.
Alonso de Fonseca
En 1478 Alonso de Fonseca y Quijada, obispo de Ávila, adquiere el castillo y transforma la fortaleza en una casa palacio señorial llena de detalles arquitectónicos únicos.
Su objetivo será convertirlo en su vivienda habitual para vivir con su amante Doña Teresa de las Cuevas, alejados de las habladurías de las villas cercanas.
Legitimados sus hijos por los Reyes Católicos, el primogénito, Gutierre, será el primer Señor de Villanueva de Cañedo.
A partir de entonces, la leyenda popular denomina al castillo del Buen Amor, en honor a los sentimientos del Obispo hacia Doña Teresa.
Almacén Agrícola
Tras el fallecimiento de Don Alonso y Doña Teresa, el castillo no vuelve a ser habitado y pronto es utilizado como almacén agrícola. Este uso permanecerá varios siglos.
el abandono en la restauración provoca que las torres se desmochen y la pérdida de la muralla defensiva. Los habitantes de los alrededores cogen las piedras para construir sus casas.
El interior se conserva en mejor estado, salvo los artesonados del piso superior, que se perdieron debido a un incendio en 1903.
Restauración en 1958
Con un estado de abandono considerable, el castillo es adquirido por la Familia Fernández de Trocóniz realizando una restauración importante que devuelve al castillo su antiguo esplendor.
Se trata de una familia de hoteleros. En aquel entonces regentaban tres hoteles: Fonda Trocóniz (en Miranda de Ebro), el Gran Hotel de Logroño y el Gran Hotel de Salamanca.
La adquisición y restauración del castillo se hizo con vistas a convertirlo en una hospedería, pero finalmente no se abrió al público como tal en aquella época.
Conversión en Posada
Debido al gran coste de mantenimiento, se decidió, en el año 2003 convertir el castillo en alojamiento. De esta forma, el edificio podría ser autosuficiente y todos los viajero podrían disfrutar de sus estancias.
Las obras se hicieron con mucho cuidado de respetar al máximo la autenticidad del edificio y así poder brindar al viajero una experiencia única.
Abrir las puertas como Posada ha permitido no sólo poder mantener el castillo en perfecto estado de conservación para que las generaciones venideras puedan también disfrutar de él, sino que ahora todos podemos habitar el castillo y podemos imaginar cómo era la vida en otros tiempos..